¿Qué entendemos por salud móvil?
La Unión Europea publicaba hace unos meses el Libro verde de la salud móvil, donde la definía como el conjunto de «prácticas médicas y de salud pública basadas en dispositivos móviles como teléfonos, dispositivos de monitorización del paciente, asistentes digitales personales y otros dispositivos inalámbricos». La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) también habla de ellos en Aplicaciones médicas móviles. Guía para la industria y el personal de la Administración de Alimentos y Medicamentos. Considera que son aplicaciones médicas los programas informáticos que «cumplen las condiciones de dispositivo médico y bien ejercen de accesorio de un dispositivo médico regulado, bien transforman la plataforma móvil en un dispositivo médico regulado».
El criterio incluye tanto programas diseñados exclusivamente para su uso móvil, como las plataformas web alojadas en servidores pero que se pueden ejecutar a través de teléfonos, tabletas u otros terminales inteligentes. Y distingue entre aplicaciones accesorias (por ejemplo, una que sirva para registrar y hacer el seguimiento de la presión arterial medida previamente con un tensiómetro) y las que convierten la plataforma móvil en un dispositivo médico (una aplicación capaz de capturar la frecuencia cardíaca sin tener que emplear ningún aparato externo).